Pero al ser oficial, Gore no recibió castigo alguno. A pesar de que para algunos pueden ser extraños, son personas con una gran fijación por los detalles. Como oficial al mando parece que Gore actuó con extremo rigor ante un acto que en otras ocasiones similares se había podido resolver con poco más que disparos de advertencia. Gore estuvo de acuerdo, pero aparentemente el maorí se negó a cumplir con su parte del trato.